Durante el juego entre Olancho FC y el Marathón se suscitó un hecho violento, puesto que un árbitro asistente recibió una pedrada durante el encuentro, provocando la suspensión del mismo por varios minutos.
Cuando transcurrían los 60 de juego, Melvin Matamoros detuvo el partido y dejó que ingresara la asistencia a la cancha para atender a su colega.
El árbitro se tomó la cabeza, producto del dolor provocado por la pedrada, mientras la Cruz Roja le dio los respectivos servicios médicos.
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Matamoros detuvo el partido durante varios minutos hasta que el asistente se recuperara. Este acto no ameritaba que se suspendiera en su totalidad.
Eso sí, el estadio Juan Ramón Brevé y el Olancho FC se exponen a una fuerte sanción económica o de partidos a puerta cerrada.
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