La decisión de Diego Vazquez de continuar al frente de la Selección de Honduras y no respetar su acuerdo verbal con el Municipal de Guatemala, ha causado mucho revuelo y casi con efecto inmediato, provocó que aparecieran sus detractores para tirarle piedras por todos lados.
Que faltó a la ética, que lo que hizo es imperdonable y que dejó una mala imagen a nivel internacional ¿Se equivocó acordar de palabra con el Municipal antes de resolver su futuro con la H? Sí. Erró. Y no vamos a esconder que eso le acarrea consecuencias por temas de moralidad y responsabilidad, pero al final esto era una negociación y Diego Vazquez se la tenía que jugar.
Por dónde pasó todo el tema. Por el hecho de que Diego, el día después de su triunfo ante Canadá en el estadio Olímpico, no tenía nada claro sobre su continuidad o no como seleccionador de Honduras. Al mismo tiempo recibió una comunicación de parte del Municipal de Guatemala y acordó, de palabra, un vínculo con el equipo escarlata-
Ese mismo día el club chapín anunció su acuerdo con Diego en sus redes sociales y detonó el bombazo, pues acá en Honduras ni siquiera la Federación de Fútbol y la Comisión Nacional de Selecciones, se habían reunido para tratar el tema.
Todo fue un enredo que terminó convirtiéndose en una bola de nieve y que aplastó a todos los involucrados. Primero a Diego, que lo dejó mal parado por estar a doble carril en su decisión, segundo al Municipal que quedó en evidencia ante su afición en Guatemala y después nuestros dirigentes por no tener un proyecto definido con relación al futuro de la H e ir sobre la marcha tomando decisiones.
Al final, desde mi punto de vista, Diego Vazquez no cometió ningún pecado por decidir continuar al frente de la Selección Nacional de Honduras. Era su deseo. Su sueño. Su decisión y la tomó sin dudar.
A pedir disculpas, sacudirse y seguir....
Tras lo ocurrido, Diego no tuvo otra que aceptar sus errores y pedir disculpas, que por cierto, eso estuvo bien hecho, pues era lo único que podía hacer frente a la gente del Municipal chapín. Sobre su puesto como seleccionador de Honduras, ahí sí tiene mucha tarea por delante, pues el camino apenas comienza para él, luego de dirigir tres partidos y conseguir dos triunfos en la Liga de Naciones de la Concacaf.
El problema en nuestra sociedad es que salen un montón de personajes, algunos de ellos con doble moral, a repartir palos por las decisiones de otros y nunca revisan su propio entorno y en la autocrítica, aceptan que hacen peores cosas. Como aquellos que le roban sin descaro al pueblo y andan por las calles como si nada pasara.
Lo de Diego es una apuesta individual y de país. En lo personal, deseo, por el bien de nuestro fútbol, que le vaya bien en este proceso que seguirá con varios partidos de preparación en lo que resta de este 2022, en marzo con el duelo anta Canadá en el cierre de la Liga de Naciones de la Concacaf y con la Copa Oro del próximo año en los Estados Unidos.
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