La leyenda del boxeo, Mohamed Ali, quien murió el 3 de junio de 2016, explicó en una entrevista para la BBC en 1971, cómo solía preguntarle a su madre sobre la representación blanca.
En el conversatorio para cadena internacional, Ali explica que era un niño bien curioso y notó la gran cantidad de objetos y personas blancas en la literatura, los medios de comunicación y hasta en los productos para el hogar, y se preguntó por qué las personas negras no estaban representadas de la misma manera.
Mohamed Ali se convirtió en un símbolo de lucha para los afroamericanos, era nieto de esclavos y esas raíces nunca las olvidó para emprender su incansable batalla ante el racismo.
Años después de convertirse en una leyenda del boxeo, Ali optó por el islam y cambió su nombre de Cassius Clay al nombre que quedó marcado en la historia del deporte mundial.
"Cassius Clay es el nombre de un esclavo. No lo escogí, no lo quería. Yo soy Mohamed Ali, un hombre libre", dijo tras cambiarse el nombre. El nombre que consideraba que era de "hombre blanco".
Fue así como Ali se convirtió en un referente en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Un icono, como lo fuese el venerado Martin Luther King, pero Muhammad Ali contaba con un plus a su favor: su voz de campeón llegaba más a los jóvenes de la comunidad afrodescendiente.
Sus mensajes eran claros, concisos. Unas palabras suyas, que en su día ya dieron la vuelta al mundo, inclusive ahora han vuelto a resurgir y tener fuerza tras el asesinato de George Floyd.