Han pasado 10 años. Una década desde que el podio del Balón de Oro del 2010 fuera completamente azulgrana: Leo Messi, Andrés Iniesta y Xavi Hernández recibían el 10 de enero de 2011, en Zúrich (Suiza), el reconocimiento de todo el mundo del fútbol como los tres mejores jugadores del años anterior.
Un reconocimiento, no solo a los tres futbolistas sino también a La Masia, pues los tres se habían formado en el cantera del Barcelona desde pequeños.
La noticia del podio -no su orden final- se había conocido unas semanas antes, el 6 de diciembre de 2010. Tras un entrenamiento del Barça los tres finalistas posaban acompañados de un balón azulgrana.
Messi había completado un 2010 excelso al haber ganado el Trofeo Pichichi y la Bota de Oro, y también había ganado la Liga, al igual que Iniesta y Xavi, que además habían levantado el Mundial de Sudáfrica con España.
Futbolistas como Wesley Sneijder, Diego Forlán o Cristiano Ronaldo, que habían sonado como posibles candidatos, quedaron finalmente fuera del podio.
Ya en Zúrich, se conocía el orden definitivo de la nominación: Messi ganaba su segundo Balón de Oro consecutivo logrando el 22,65% de los votos, Iniesta quedaba segundo con el 17,36% y Xavi cerraba el podio con el 16,48%.
La presencia azulgrana en aquella gala de la FIFA no se limitaría a Messi, Iniesta y Xavi. También viajaron el entonces técnico, Pep Guardiola, y tres jugadores más -Carles Puyol, Gerard Piqué y David Villa (había fichado por el Barça el verano de 2010)- que formaban, junto a los tres nominados, parte del FIFA/FIFPro World XI.
Más de medio equipo ideal de aquel 2010 lo integraban jugadores del Barça. Y Zúrich fue completamente azulgrana por un día.
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