El Real Madrid sucumbió este miércoles (21.10.2020) ante un Shakhtar Donetsk (2-3) que metió el dedo en una herida para la que se le presuponía ser agua oxigenada antes del Clásico frente al Barcelona. Estreno en Liga de Campeones con derrota como la pasada temporada (3-0 en casa del París Saint-Germain) y mismas sensaciones. ‘Déjà vu’.
Cuestión de actitud. Solo el brasileño Casemiro y el uruguayo Fede Valverde metían la pierna con algo de intensidad, detalle que únicamente destacó por la pasividad de sus compañeros absorbidos por la frialdad de un estadio Alfredo di Stéfano, que se estrenaba en ‘Champions’, sin público.
La nueva casa del Real Madrid, que se vio asaltada por primera vez, tras ocho encuentros, desde la reanudación de LaLiga Santander el pasado sábado frente al Cádiz (0-1 con gol del hondureño Choco Lozano), se vio envuelta en el mal endémico que asolaba el Santiago Bernabéu en las noches de Liga de Campeones desde el 12 de diciembre de 2018, con la derrota frente al CSKA de Moscú.
Desde entonces, una victoria, dos empates y tres derrotas en casa en seis encuentros en la ‘Champions’. A la que se le suma la de este martes en Valdebebas y que volvió a mostrar la ausencia de un requisito indispensable en el fútbol para ganar a cualquier rival: intensidad.
Fue Sergio Ramos, convaleciente en la grada de un golpe en la rodilla izquierda, quien mostró más de dicho ingrediente. En este fútbol de pandemia sin aficionados, lo, seguramente, único bueno es que se escucha más lo que dicen los protagonistas del juego y el capitán intentó ejercer de líder desde la distancia.
El Real Madrid tuvo un atisbo de reacción en la segunda mitad, pero por fogonazos. El brasileño Vinicius Junior salió al terreno de juego en el minuto 58 y menos de 20 segundos después recortó distancias para el 2-3 con el simple hecho de ir a presionar con convicción. El primero fue una genialidad del croata Luka Modric con un disparo lejano directo a la escuadra.
Destello de una calidad superior que se le presumía al Real Madrid en la previa, más aún por las ocho bajas debido al coronavirus del conjunto ucraniano, y cerca estuvo de salvar algún punto, aunque remó para morir en la orilla.
Recuerdos de aquella noche del 1 de octubre de 2019 en el Santiago Bernabéu, cuando un doblete del nigeriano Emmanuel Dennis puso 0-2 arriba al Brujas e hizo saltar las alarmas. Acabó con empate, como estuvo cerca de terminar el encuentro de este miércoles frente al Shakhtar, pero el colegiado anuló el gol del uruguayo Fede Valverde en el primer minuto del descuento a instancias del sistema de videoarbitraje (VAR).
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Pero sin ir tan lejos, el equipo dirigido por Zidane repitió errores de cuatro días atrás contra el Cádiz: líneas descolocadas, ausencia de alguien que rompa líneas tanto con balón como sin él, presión tenue y desorganizada… y falta de intensidad.
‘Déjà vu’ que le aleja de estar entre los favoritos a ganar la Liga de Campeones, pero del que ya sabe cómo reponerse como ya demostró la pasada temporada ganando la Liga tras el confinamiento y la Supercopa de Europa en Yeda (Arabia Saudí).
Y que mejor forma de dejar atrás la palabra “crisis” que sobrevuela a todo equipo grande tras un tropiezo, y más si son dos como es el caso y tratándose del Real Madrid, que sobreponiéndose frente al Barcelona el próximo sábado (8:00 am de Honduras) en un Clásico al que los equipos no llegan en la mejor forma posible. EFE
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