Un empate ante Honduras y la Selección de Nicaragua le pone estrellas a su historia. El trámite del partido le enriquece los méritos en la misma medida que a los nuestros los somete a revisión.
Poco drama es lo que veo aunque si demanda mucha reflexión. Es solo eso y nada más. Vendrán mejores partidos, con mejores rivales y con mejores convocatorias porque habrán mejores condiciones.
A partir de ahí la exigencia será más representativa así como el juicio o crítica tendrá mayores observaciones.
Por ahora, toca contemplar el panorama de un calendario víctima de las incertidumbres que ha generado la pandemia y alistarse cuando deban vestirse de la gala que nos gusta y rifarla contra los que nos aguardan con mejores niveles, en mejores escenarios y mejores torneos.
Paciencia a todos. Hasta los laboriosos amigos que en pandemia trabajaron como nunca aunque sea en la cocina lavando platos o limpiando pisos, como me pasó a mí. Trabajo es trabajo. Fútbol es fútbol y tiene sus caprichos. Solo falta aceptarlos.