Un profesor de secundaria, para ser más específico, el profesor Roberto López, padre del portero hondureño Pipo López, nos relataba en clase siempre una anécdota:
Los mejores tenistas del mundo (en aquel momento Pete Sampras y Andre Agassi) pueden permitirse perder los dos primeros set, pero saben que con la calidad que cuentan, pueden imponerse en los siguientes tres.
Ustedes (nos decía), no pueden darse el lujo de perder los primeros dos parciales porque no saben si podrán reponerse en los otros. Hay lujos que algunos no nos podemos dar.
Se me viene a la mente esta anécdota, porque siempre me digo a mi mismo 'hay lujos que no me puedo dar', quiere decir que hay cosas por las que hay que esforzarse el doble, en el estudio, en nuestra carrera o nuestra vida privada, habrá fallas que no nos podemos permitir.
Lo pienso y me paro en el lugar de la Sub-20 de Honduras. Si bien el trabajo hecho por Luis Alvarado y los muchachos fue fantástico, hay un trecho muy grande por recorrer, para alcanzar un objetivo que nos marque, que nos vuelva a poner en el concierto del fútbol mundial.
Honduras estará como una de las cuatro selecciones de Concacaf clasificadas al Mundial (junto con Estados Unidos, República Dominicana y Guatemala) y como siempre, el deber tiene que ser hacer un papel decoroso.
Y pensando respecto a esa reflexión del profesor Roberto, no nos podemos dar el lujos de ver de menos, o con el rabo del ojo, con desidia y dejadez cualquier jugador de primer nivel en el rango y posibilidad de integrar la Sub-20 para esta gesta deportiva.
Honduras es cuna o mejor dicho un cultivo de grandes cosechas de jugadores, con condiciones naturales para jugar al fútbol, con la potencia física, la técnica depurada y la capacidad de reacción cerebral mucho mejor que otros países del área de Concacaf.
Tenemos la bonanza de producir futbolistas en las condiciones más lamentables, pero que siempre sale uno que otro 'carasucia' que nos hace vibrar y emocionar por su calidad futbolística.
Pero eso no quiere decir que podemos darnos el lujo de decirle 'NO' de 'romplón' a otros futbolistas solo para no darnos el crédito de que 'yo descubrí a tal o cual'. Simplemente no y no.
Contra Estados Unidos en la semifinal del Premundial, pudimos darnos cuenta de la carencia que sufrimos contra equipos con mejor formación, con fundamentos mejores que los nuestros, con preparación física e integral que nos supera.
El mismo Estados Unidos y México, potencias en el área, pelean por llevar a sus selecciones a jugadores que tengan el mínimo arraigo a su país. Cualquier futbolista con un nivel de primera, tanto los estadounidenses como mexicanos, no dejan nunca de pasar la oportunidad de hacerse de estas joyas. Inclusive, entre esos mismos equipos ha habido una rencilla de siempre por ello.
Valerio Marinacci es un claro ejemplo. Este lateral de raíces hondureñas, ya dijo en entrevista exclusiva con Deportes TVC, que si lo llamaban de Honduras, iba a acudir con ansias al llamado por su afinidad con su abuela materna que es hondureña.
Si bien no nació, y su arraigo no sea tan fuerte porque incluso en el idioma le cuesta entenderse, Marinacci ya dijo que si lo llamaban de Honduras estaba listo para decir que sí. Recientemente acaba de debutar con el primer equipo de la Lazio de la Serie A en la pretemporada del club.
No se trata de quién es más patriota, simplemente es dar oportunidad a quien pueda vestir la camisa y tenga el deseo de hacerlo. Qué importa de quienes piensen que es una injusticia pero es que necesitamos lo mejor de los mejores como le dijeron a Will Smith en la película 'Men in Black'.
Marinacci solo es un nombre, pero hay que peinar bien el área, con jugadores en Europa y en la MLS, con tantos futbolistas descendientes de hondureños en las inferiores en la MLS, podemos quitarle algo que es nuestro, que viene de nuestra sangre.
Eso sí, solo debe ser con quienes quieran venir, no solamente por que los presionan o gritan apasionadamente los aficionados y periodistas que por puro populismo los quieren ver allí.
Hay que ser sensato y buscar lo mejor para Honduras. No solo tiene que ser o tener la intención de participar por participar. Tenemos que dar ese paso, buscar la excelencia, intentar poner a la H en lo más alto, pero para eso, necesitamos a los mejores hondureños y esos, muy seguramente tienen su sitio en los mejores clubes y las mejores ligas.
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