Sabido es que las competencias oficiales y amistosas de las selecciones de fútbol provocan consecuencias físicas en numerosos jugadores que se ven afectados en el momento de regresar a sus clubes. A este fenómeno se le conoce como “virus Fifa”.
A nivel regional podríamos estar a las puertas de un descubrimiento similar: el “virus Concacaf” si nos dedicamos a evaluar las últimas actuaciones de equipos involucrados en la definición del torneo llamado Concacaf League.
En Costa Rica, la Liga Alajuelense fue eliminada en las semifinales del torneo local y en Honduras apreciamos un panorama parecido.
Tomemos el período del 8 de octubre a este domingo 23, en el que Olimpia, Motagua y Real España han cumplido cuatro compromisos oficiales en nuestra Liga Nacional.
Olimpia ha ganado un juego, empató dos y perdió otro, totalizando cinco puntos de 12 posibles. En iguales números encontramos a Motagua: 1 ganado, 2 empatados y 1 perdido, habiendo dejado por el camino 7 unidades. Real España solo obtuvo un tercio de las unidades en disputa: 1 gane, 1 igualdad y 2 derrotas (4 de 12).
Mientras ocurrió este verdadero desperdicio de puntajes, otro equipo de nuestra Liga, preocupado exclusivamente por mejorar su desempeño en el torneo Apertura, ganó los 12 puntos en cuestión y ya ocupa la tercera posición en la tabla.
No es una opinión personal, son datos, de los que debemos sacar conclusiones y saber interpretar para saber si estamos ante un nuevo virus comarcal.
En este caso no aparecen lesiones o dolencias como las que marginan a los jugadores en Europa, pero existen las llamadas rotaciones que impiden la estabilidad de una alineación básica.
Estas realidades deben ser analizadas en detalle al interior de cada club, sin perjuicio que reiteradamente aparezca la frase que todo lo puede y todo lo explica: “esto es fútbol” utilizada con frecuencia por los entrenadores, buscando un amparo público que responda los inevitables cuestionamientos.