Repasando y evaluando la historia de la Concacaf, indiscutiblemente Honduras es la cuarta Selección de la región.
Las clasificaciones a los campeonatos mundiales y las actuaciones en la máxima justa futbolística siempre serán el argumento de mayor peso… A Costa Rica por ejemplo le podemos ganar en la serie de duelos directos pero nos superan con un gran margen sus triunfos en los Mundiales adultos.
Ubicándonos un poco y teniendo presente lo anterior: ser la cuarta selección de Concacaf, debe generar un sentido de OBLIGACIÓN a no bajar de ese sitio. Las últimas actuaciones en Copa Oro han sido lamentables (2015, 2017, 2019) quedando fuera en Fase de Grupos en dos oportunidades y sufriendo incluso para llegar a Cuartos de Final (la de 2017). Llegar a semifinales del certamen debe ser la norma y no la excepción a la regla…
En la primera edición de 1991 Honduras fue finalista y el título no pudo estar más cerca. En 2005, 2009, 2011 y 2013 semifinalistas. Justamente en esos procesos de Reinaldo Rueda y Luis Fernando Suárez, la ‘H’ también fue Mundialista.
Fabián Coito ya metió a Honduras entre los cuatro mejores equipos en la primera edición de la Liga de Naciones CONCACAF, donde obtuvo el tercer lugar y compitió de tú a tú ante Estados Unidos. La asignatura pendiente es la Copa Oro, devolver a Honduras al lugar que le pertenece: estar entre las cuatro mejores de la región.
El buen trabajo siempre será acompañado eventualmente por buenos resultados, tenerlos en esta competición puede llegar a ser el último envión anímico para afrontar la eliminatoria a QATAR 2022 con más CERTEZAS que DUDAS.
Llegar a semifinales será garantizar un buen papel, pero este equipo y cuerpo técnico llegando a esa instancia puede ilusionarse y pensar en una FINAL. Veremos que tantos argumentos puede mostrar Honduras en esta edición 2021, ojalá supere nuestras expectativas.