Primero que nada, quiero enviar en este día 5 de septiembre, una felicitación al entrenador de Motagua, Hernán La Tota Medina, por su cumpleaños.
Aclaro que también es una casualidad escribir una columna de opinión sobre él en su día de cumpleaños. Venía desde hace unos días con la idea de plasmar algunas anécdotas y sobre todo resaltar algunos aspectos en el trabajo del entrenador argentino.
Quiero contar una historia. La Tota Medina desde hace algún tiempo su nombre transitaba por las oficinas de otros dos clubes grandes del país. Recuerdo haber dialogado con un directivo, sobre su buen currículo y lo que su entorno prometía, pero no es fácil entrar al mercado de los equipos hondureños, no tenía mucha confianza de parte de los dirigentes, no le conocían.
Al final, hay que destacar el valor y el acierto que tuvo la directiva de Motagua de confiar en un proyecto que era desconocido para ellos, pero en su diálogo previo a su contratación, en la presentación de su plan de trabajo, se convencieron de su capacidad y había que probar.
Pude conocer un poco sobre eso, siempre tuve la certeza que podía llegar a un club hondureño y lo ha hecho muy bien con las Águilas.
Pero... ¿Qué destacamos de la Tota? Bueno, el entrenador argentino ha hecho muy buen trabajo, podrá equivocarse, naturalmente como humano, pero es muy ponderado en sus decisiones y tiene cabeza fría.
Recuperó la confianza en dos porteros de calidad. ¿Cómo lo hizo? Bueno, le dio la titularidad a un meta que muchos motagüenses estaban convencidos que no podía seguir y lo hizo bien cuando se le presentó, hablamos de Marlon Licona.
Ahora, en el actual torneo, convenció a Rougier (a mi opinión el mejor portero de la Liga después de Buba López) que continuara creyendo pese a comer banca todo un torneo. Ahora allí está, mostrando lo mejor de sus cualidades en cada oportunidad.
Consolidó una defensa que si bien era buena, ahora se mira mejor, más ordenada, más pragmática, más táctica y lo más importante que impulsó un liderazgo de Denil Maldonado que todavía no se reflejaba al cien por ciento.
Con los cimientos de una zaga organizada y con presencia, pasó a darle más protagonismo a un volante como Camellito Delgado, que parecía perderse en la nebulosa de la intermitencia, algo que sucede regularmente con nuestros futbolistas.
El plantel de Motagua es muy vasto, tiene para competir, pero tampoco es fácil administrarlo, darle oportunidad y quitársela a alguien que trabaja, que también lo merece y convencerlos que es lo mejor para el equipo.
El mediocampo está fortalecido, el que juegue cumple y es algo que todo entrenador necesita, a sus jugadores metidos en el objetivo de lleno, la Tota lo ha conseguido con todos los futbolistas del ciclón.
Además en el ataque, el buen accionar del Chino López, parece haber vuelto a encontrar su mejor nivel y Ángel Tejeda también en cada partido se le ve muy metido. Como me recordó un amigo de Twitter, ganaron en Tocoa y con muchas variantes en el equipo titular.
Las Águilas parecen volver a volar alto, de la mano de un entrenador que vino sin bombos ni platillos, incluso víctima de algunos cuestionamientos sin siquiera haber tenido su primer entrenamiento con el club, los mismos aficionados del equipo eran los que criticaban la decisión de la directiva.
Ahora, son muchos motagüenses en el barco, pero todos tienen derecho, incluso los que no creían, después de un título bien ganado y la consolidación de un plantel que tras ocho jornadas en el Apertura está líder, el Motagua está listo para todo lo mejor.
Pero ojo, todavía tiene la cuenta pendiente de la Liga de Concacaf, un torneo que a Diego Vázquez se le negó en tres ocasiones. Hoy la Tota, tiene el desafío de lograrlo en su primera participación. Fácil no será, pero Motagua ha mostrado que está para grandes cosas.
Por todo lo demás, solo me queda felicitar y que los azules disfruten de este dulce momento...
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