El jugador brasileño Raphinha no pudo contener su enojo y explotó tras la finalización del partido entre Barcelona ante Real Betis que terminó en un amargo empate para los locales.
Raphinha perdió los estribos una vez se escuchó el pitazo final y tras sus fuertes reclamos, varios de sus compañeros tuvieron que intervenir para tratar de calmarlo en su recorrido rumbo a los camerinos.
Primero fue Lewandowski, Hansi Flick, después, y Ter Stegen, por último, para mandarlo al vestuario. El entrenador alemán se interpuso entre el brasileño y el asistente de forma muy airada.
El portero alemán se llevó la peor parte luego que el internacional brasileño le quitara el brazo del pecho al tratar de evitar que sus reclamos terminaran en una fuerte sanción disciplinaria en su contra.
La razón del enojo de Raphinha
Según las imágenes televisivas de la cadena española, se percata que el brasileño le reprochó al asistente de Gil Manzano su manera de dirigirse a él durante las últimas acciones del partido.
"¡A mi no me mandas callar, tú a mí no me mandas callar!", dijo el azulgrana. "Eres un maleducado", agregó.
Por esa razón, tanto Flick como Ter Stegen entendieron que la mejor manera de evitar mayores inconvenientes para un jugador tan importante en el equipo Azulgrana era alejarlo del cuerpo arbitral.