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Edson Arantes do Nascimento, conocido mundialmente como Pelé. Considerado por muchos como el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, levantó tres Copas del Mundo y con Santos lo ganó prácticamente todo, destrozó récords y dejó un legado difícil de igualar e incluso superar.
Muchos creyeron en su momento que O Rei jugaría para toda la vida en el Santos de sus amores, club al que defendió durante 17 años, pero un día, la estrella mundial sorprendía a propios y extraños al anunciar que jugaría en el New York Cosmos de Estados Unidos.
Lo que provocó un golpe mediático en el fútbol de este país y sin duda hizo que creara fuerza a pesar de llevar unos pocos años practicándose.
“Vengo para extender el fútbol en un país que todavía no lo conoce”, expresó Pelé, al tiempo que aseguró que otro de los motivos de su llegada a la entonces exótica liga era el dinero, “tengo que pensar en mi familia”.
En aquel 1975 Pelé recibió 4 millones y medio de dólares libres de impuestos por su llegada al New York Cosmos de la North American Soccer League.
Al no existir tope salarial en esta época, se pagó una locura en ese momento por los servicios del astro sudamericano.
El día más esperado, su debut
El 15 de junio de 1975, el Downing Stadium fue testigo de un momento histórico. Pelé salta a la cancha y no tardó mucho en demostrarles a todos los presentes de lo que era capaz de hacer con el balón.
Aquel encuentro se dio ante Dallas Tornado y finalizó empatado dos a dos. Dallas lo ganaba dos a cero, pero entonces comenzó el show de O Rei, quien anotó un gol y una asistencia para enloquecer a Estados Unidos.
Sonó el silbatazo final y los rivales se peleaban por la camiseta número 10, aficionados invadían la cancha con desesperación por tratar de abrazar al brasileño.
Al mismo tiempo, la prensa hacía su aparición campo verde para arrebatarle algunas declaraciones.
Pelé jugó tres temporadas con los New York Cosmos y ganó la liga en dos ocasiones. Pero esto no fue todo, ya que con su llegada dejó un legado para generaciones posteriores. Jugadores como Franz Beckenbauer, Carlos Alberto, Johan Cruyff y Giorgio Chinaglia seguirían sus pasos en el fútbol de Estados Unidos.
