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Habla con una claridad notable. Buena conversadora. Risueña. Llena de energía y de vida. Es una señora hermosa. Disfruta del fútbol y mucho más, si se trata de ver a su nieto en la cancha de juego.
Su nombre es Eva Gregoria Matute Navarro, abuela del futbolista del Motagua, Jessé Moncada y que el domingo 8 de mayo estaba cumpliendo nada más y nada menos que 101 años de edad ¡Qué bendición!
Estaba ubicada en el sector de silla junto a una de sus hijas, doña Margarita Matute, quien es la madre de Jessé. También, muy cerca, su biznieto Ian Santiago, hijo del volante zurdo de los azules. Además se encontraba a su lado, otra nieta, Raquel Flores.
En el entretiempo del partido entre Motagua y Vida en el estadio Chelato Uclés, dola Eva, muy orgullosa, contó un poco sobre su historia. "Yo me siento feliz, orgullosa, de que mi Dios me tiene aquí en este mundo todavía. Le doy gracias porque estoy con salud. Nací en Comayagüela, frente en la policlínica, ahí nací, mi papá alquilaba unas piezas pequeñas y ahí me crecí", comenzó diciendo.
También cuenta que tuvo seis hijos, pero que le falleció uno. "Tengo más de 30 nietos. Lo de mi nieto Jessé en el fútbol, es por herencia, cuando yo era soltera vivimos en Danlí, mi papá era fue presidente de un equipo, le encantaba el deporte, iban de los pueblos a jugar a Danlí, con mi hermana y unas vecinas nos encargábamos de arreglar los salones, otro día íbamos al campo, ahí jugaban", relata con una lucidez impresionante.
A doña Eva siempre le ha gustado el fútbol, pues también tuvo dos hermanos que jugaban, al igual que su nieto Jessé. "Me siento feliz por mi nieto, porque lleva la tradición. Yo trabajé cuando era joven, siempre hice oficios de casa, no me gustó estudiar, me acostumbré a eso. Estoy acá, porque Dios me tiene arriba. Ya celebramos el ascenso de mi nieto con el Infop, que después se convirtió en el Minas".
Un sueño por cumplir
Doña Eva, quien viste de vestido azul y carga en sus manos una camiseta rosada que le regalaron en el estadio, alusiva al Motagua y al día de las madres, tiene un sueño por cumplir y es ver a su nieto levantando la Copa de campeón con el ciclón.
"Me gustaría verlo campeón con Motagua. Yo siempre le pudo a mi Dios que le ayude, que le de fortaleza para que triunfe", expresa.
El juego estaba por reanudarse en su segunda mitad. Doña Eva se acomoda bien y sigue disfrutando del partido y de su nieto, que está en la cancha como protagonista.
A Jessé le pegan un fuerte golpe en la media cancha y ella, al igual que a su madre, les duele por igual. Sufren y viven el máximo cada segundo del encuentro.
Al final del juego, que terminó empatado sin goles, Jessé Moncada lo primero que hizo fue saltar al sector de silla para abrazar fuertemente a su amada abuelita, que el domingo llegó a 101 años de edad ¡Qué Dios la bendiga cada día!
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