En su momento más bajo como técnico del Real Madrid, buscando la manera de conectar a sus jugadores a un calendario frenético y el estilo para sacar máximo rendimiento a una plantilla que no ha sido reforzada, llega Zinedine Zidane al Camp Nou, un escenario donde se crece y firma registros de récord el único técnico de la historia del club blanco que no perdió en cinco visitas.
Debería ser un templo difícil de conquistar, pero a Zidane el Camp Nou solo le trae buenos recuerdos. El último, un empate sin goles con el que dejó su nombre en un nuevo registro a superar en el futuro por cualquier entrenador que aguante años en un banquillo siempre complicado para la longevidad.
Superó a Miguel Muñoz, que había firmado cuatro visitas sin derrota a casa del eterno enemigo, el Barcelona, en un fútbol de otra época, firmando un pleno de victorias entre 1962 y 1965 entre Liga y la Copa.
Nada parece inalcanzable para Zidane, segundo técnico más laureado de la historia madridista, que encara el clásico con el único objetivo de frenar el desplome de su equipo, derrotado en su estadio por dos rivales de un nivel inferior sobre el papel como Cádiz en Liga y Shakthar Donetsk en Liga de Campeones, pero que sacaron a relucir todas las carencias tácticas de un Real Madrid alicaído.
El técnico francés no pensará en récords personales ni recordará que se mantiene invicto en el Camp Nou. Su foco está puesto en la reacción, en firmar un resultado que aleje la crítica que le pone en el centro de la diana por su repentina incapacidad para sacar máximo provecho de las cualidades de sus futbolistas. Y el Barcelona se le da bien: nueve enfrentamientos y dos derrotas, ambas en el Santiago Bernabéu. Cuatro victorias y tres empates convierten a Zidane en mal invitado para el Barcelona.
En el Camp Nou se estrenó a lo grande como entrenador en un clásico. Con remontada y fulminando la condición de invicto del Barcelona tras 39 encuentros sin perder. Vengando el 0-4 de la primera vuelta que sentenció a Rafa Benítez.
Se produjo el 2 de abril de 2016, con la Liga prácticamente perdida y jugando en inferioridad numérica tras la expulsión de Sergio Ramos. El portugués Cristiano Ronaldo firmaba el tanto del triunfo y hacía crecer la autoestima de un equipo que extendió la lucha por la Liga hasta el final y tomó impulso para la conquista de la Liga de Campeones.
Sus antecesores en el cargo no habían firmado, desde Bernd Schuster en 2007, un triunfo en su primer clásico. Zidane logró lo que no consiguieron Juande Ramos, Manuel Pellegrini, José Mourinho, Carlo Ancelotti ni Benítez. Era el primer paso hacia el récord de Miguel Muñoz, con un parón de por medio que dejó una goleada a Julen Lopetegui y empate de Santi Solari en Copa del Rey en sus estrenos en el partido que paraliza el mundo.
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El destino quiso que Zidane encarase sus dos primeros clásicos de visitante. El 3 de diciembre de 2016 un tanto salvador de Sergio Ramos en el último minuto del tiempo reglamentario impulsó al equipo blanco a cumplir el objetivo de ganar la Liga marcado por el técnico. El empate a uno le permitía mantener la distancia de seis puntos en su camino al gran reto.
La temporada 2017/18 se iniciaba con el atractivo clásico de la Supercopa de España al que el Barcelona llegaba con la conmoción de perder a una estrella como el brasileño Neymar. Lo aprovechó un Real Madrid que exhibió pegada en el Camp Nou con dos grandes goles de Cristiano Ronaldo y otro de Marco Asensio (1-3) para dar un paso decisivo hacia el título. El estadio del Barcelona se convertía en el jardín de Zidane.
Esa misma temporada, el 6 de mayo de 2018, logró Zidane salir sin perder de la casa del Barcelona en un duelo eléctrico de intercambio de golpes, el último de la leyenda Andrés Iniesta, con el Real Madrid sacando máximo rédito a la expulsión de Sergi Roberto para igualar con tantos de Cristiano y Gareth Bale el marcador (2-2). Sin embargo se acercaba el momento en el que el francés sintió que su discurso ya no calaba en el vestuario.
Con la conquista de la decimotercera Copa de Europa decidió abandonar el banquillo y ante el mal rumbo que tomó el Real Madrid, a su regreso, se produjo una quinta visita al Camp Nou en la que mantuvo su fiabilidad.
El 18 de diciembre de 2019 en un clásico decepcionante, los dos grandes firmaban un empate sin goles, con el equipo blanco incapaz de generar ocasiones de peligro en una Liga que acabó conquistando tras el parón por la pandemia del coronavirus.
En total cinco partidos de Zidane en el Camp Nou sin derrota. Dos triunfos y tres empates. Un idilio a examen en su momento de mayor necesidad para enterrar la crítica. El fútbol no respeta el pasado.
EFE
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